El Misterio de la Geometría II

La geometria en el arte es un misterio basado en elementos, superficies y planos que lentamente van surgiendo de la nada y luego,  de la nada, de forma magica, se van sumergiendo , hasta desaparecer.

La geometría es un misterio que tiene lenguaje propio. Es una manifestación abstracta que expresa una realidad diferente a la propia y al mismo tiempo una expresión concreta pues se basa en elementos que compartimos diariamente. Es la expresión intelectual del mundo que nos rodea a través de las distintas estructuras geométricas que lo componen como cuadrados, rectángulos, círculos, cubos, cilindros, triángulos, etc.

La geometria es totalmente ambivalente pues por un instante nos parece estar frente a una superficie plana pero, a medida que mas atención le préstamos va adquiriendo una gran profundidad que nos introduce dentro de un túnel dándonos la sensación de infinito.

La geometría es además una expresión independiente pues tiene vida propia, impregnada de ritmo, movimiento y  cambio continuo, creando una intensa dinámica. Muestra un proceso de interacción entre irritación y armonía, crea imágenes que de pronto aparecen y desaparecen, es decir,  haciendo visible lo invisible.

Sin duda alguna toda expresión artística tiene una relación estrecha con la personalidad, el carácter y la sensibilidad del artista. Con respecto a la geometría existen características muy especiales como por ejemplo precisión, cuidado del detalle, armonía, equilibrio, no permite que la actividad creadora sea un hecho casual, no soporta un error, exige una perfección casi absoluta.

La abstracción geométrica no es solamente un misterio, es ademas, una expresión psicológica fascinante pues durante el proceso de creación artística se va desarrollando una atmósfera  y una relación muy especial y  profunda entre el artista y su obra. Cuando este proceso llega a su fin, la obra se libera, adquiere su propia existencia.

Este tipo de abstracción como consecuencia de su cambio de formas, su dinamismo, su vitalidad, su lenguaje propio, brinda la posibilidad de un dialogo entre la obra y el espectador, estimulando así la interpretación estética e intelectual de cada individuo.